La Moralidad del Camino Angosto: Sabiduría en el Espíritu como una Tercera Vía en Lugar del Legalismo y el Liberalismo

(Este blog era originalmente escrito en ingles; se puede ver la version original aquí. ¡Correcciones españolas son bienvenidas!)
(This blog was originally written in English; the original version can be seen here.)

Estoy convencido de que en todos los asuntos de la vida cristiana (ya sea formulación teológica, moral o práctico) el legalismo y el liberalismo son dos caras de la misma moneda, que es un rechazo sin sentido de actuar de acuerdo a la sabiduría en el Espíritu cuando se le presenta un verdadero «zona gris». Siempre es más fácil apagar el cerebro y inventar una nueva regla que no está en la Biblia (miren 1 Cor. 4:6) o decir que «todo vale». Siempre es más difícil y más cristiano que tomar el camino estrecho por la aplicación de la sabiduría en el Espíritu en cada momento, cada día.

«¿Quién decide dónde está la línea?», pregunta el liberal, pretendiendo que el acantilado de la impiedad no hay peligro real (miren Mat. 7:21-23; 1 Cor. 5:9-13). «Esa es una pendiente resbaladiza», a menudo advierte el legalista, en el supuesto de que el cañon opuesto de la vida farisaico y orgullo no es un peligro parecido (vean Mat. 15:9; Col. 2:20-23).

El camino angosto es ninguno de los dos. ¿Quién decide? Lo hacemos, como el cuerpo de Cristo. Todo el tiempo, cada vez. Lo hacemos por la sabiduría en el Espíritu Santo, mientras que la gracia nos ayuda a desafiar las pendientes resbaladizas de la vida. El cristiano nunca está fuera del servicio. Él o ella siempre se da cuenta que el corazón humano no se puede confiar sin reservas (Jer. 17:9; Prov. 14:12; 1 Pedro 5:8) y que debemos luchar constantemente para pensar con claridad, con cuidado, y en oración (Prov. 18:13, Juan 7:24), utilizando la sabiduría en el Espíritu (1 Cor. 2:6-16).

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¿Dios Mandaría una Buena Persona al Infierno? Una Repuesta Personal

El mes pasado, mi profesor en el Seminario, Paul Chamberlain, me pidió que me siente en un panel y responda a preguntas de la audiencia después de una charla sobre el Infierno dada por uno de nuestros graduados. Por suerte, ¡un estudioso del Nuevo Testamento estaba a mi izquierda, y el hombre que había dado la charla estaba a mi derecha! Sin embargo, yo tenía un par de cosas únicas que decir, y quiero repetir y expandir una de mis respuestas aquí.

La pregunta era: «Si yo soy una buena persona, y yo no creo en Dios, ¿todavía él me enviará al infierno, sólo porque yo no crea en él?»

Pues, esta es una pregunta algo capciosa, porque pinta a Dios en una luz muy oscura desde el principio, como si Dios no tuviera el derecho ser Dios. Francamente, hace ver a Dios mezquino, egoísta y rencoroso; es casi como Él estaría haciendo un hecho de venganza y orgullo en contra de estas personas indefensas e inocentes, quienes simplemente no creen que hubiera una buena razón para creer en él. Mira, mi respuesta a esta pregunta intenta de pintar una imagen personal (incluso una imagen emocional) de la cuestión. Pero antes de llegar a ella, debo reconocer una serie de respuestas regulares.

  • La Biblia no permite la posibilidad de que haya ninguna «buena gente». El estándar de Dios es el único que importa, y incluso la mejor persona en este planeta todavía es completamente insuficiente.
    • Romanos 3:10 – 18:

      10 Así está escrito:

      «No hay un solo justo, ni siquiera uno;
      11     no hay nadie que entienda,
          nadie que busque a Dios.
      12 Todos se han descarriado,
          a una se han corrompido.
      No hay nadie que haga lo bueno;
          ¡no hay uno solo!»
      13 «Su garganta es un sepulcro abierto;
          con su lengua profieren engaños.»
      «¡Veneno de víbora hay en sus labios!»
      14     «Llena está su boca de maldiciones y de amargura.»
      15 «Veloces son sus pies para ir a derramar sangre;
      16     dejan ruina y miseria en sus caminos,
      17 y no conocen la senda de la paz.»
      18     «No hay temor de Dios delante de sus ojos.»

       

    • El hecho es que en realidad no se puede pensar en el verdadero Dios (¡sin hablar de juzgarlo!), mientras que al mismo tiempo el pensador está encima de Dios (en sus pensamientos). Así que, si estás mirando sobre el hombro de alguien, esa persona no puede ser Dios. Dios, por definición, es superior a ti; ¡Él mira sobre el tuyo!
  • Se dice que Dios es un «caballero», y a pesar de que el pecado sea una opción de auto-destrucción, todavía sigue siendo tu auto-destructiva decisión que tomar; Dios no forzará tu mano. La persona que va al infierno se ha elegido a sí mismo en lugar de Dios, y hay consecuencias de tal elección. Alguien que elige beber demasiado todo el tiempo no quiere que final autodestructivo de esa elección, pero aún quiere estar borracho cada vez.
  • La repuesta de «CS Lewis» es esencialmente que el Infierno está cerrado por dentro: a ellos que están en el Infierno no les gustaría estar en el Cielo, porque odian tanto a Dios; y Dios los respeta – Él les da lo que quieren: estar separados de Él.
  • Muchos rapidamente dicen, «¿Qué clase de un ‘Dios amoroso’ nunca enviaría a alguien al infierno?» Por supuesto, es raro que se pregunta el otro lado de la cuestión: «¿Cómo puede un Dios perfectamente justo permitir que una persona mala entre en el Cielo?» La solución a este problema requiere una comprensión de lo que sucedió en la cruz de Cristo: el amor perfecto y la justicia perfecta del Dios santo atravesaron en la Cruz. Él es el Dios que sufrió la mayor humillación de toda la historia, sufriendo y muriendo por los pecados del mundo. Sólo el verdadero y santo Dios podría exigir justicia por mis pecados, y sólo el verdadero y todoamoroso Dios podría pagar el precio.

Bueno, de vez en cuando, estas respuestas no realmente funcionan para mí. Se sienten un poquito hueco a veces, y no estoy seguro de que realmente conecten con la gente todo el tiempo. Siempre ponemos una cara sobre el tema, e imaginamos una «buena persona» que es una víctima de Dios. Pero hay al menos dos caras en este asunto – la del hombre y la de Dios. Así pues, aquí es una respuesta que yo creo que es un original (si no la hice, entonces la oí años atras y no recuerdo haber escuchado la misma).

Suponga que tuvieras un hijo, y que él fuera perfecto. Me refiero a realmente perfecto: hiciera calificaciones perfectas en la escuela, lo hiciera bien en su trabajo y obtuviera un ingreso sustancial, fuera muy respetado en la comunidad, y se hubiera casado con una maravillosa, mujer segura. Con todas las cosas que hiciera te alegraras, y no pudieras estar más orgulloso.

Ahora, suponga que a pesar de todo esto, tu hijo no quisiera tener nada que ver contigo. Tal vez él no estuviera de acuerdo con una elección que hubieras hecho, quizás estuviera enojado contigo, o pudiera ser que simplemente no le importara tener nada que ver contigo – tal vez por falta de tiempo, o tal vez te ignorara a tí y tu deseo de conectar con él. Pero, en cualquier caso, suponga que él ignorara por completo todo tu esfuerzo para comunicarte, y más, que enseñara a sus hijos que ¡tu ni siquiera existiera!

La pregunta es, ¿considerarías que era un buen hijo?

Y por otra parte, ¿sería amoroso forzar tu camino en su vida? Si estuvieras absolutamente rechazado, ¿sería amoroso y justo forzarte a él? Jesús es caballero.

Ves a dónde voy con esto: a pesar de la perfección de tu hijo, que todavía no sería un buen hijo. Esto se debe a que no sólo desearías la perfección moral de él – que desearías relación, que desearías el reconocimiento adecuado y la participación adecuada en una relación contigo.

Pues bien, de la misma manera, yo digo que hasta un ser humano perfectamente moral (aunque tal cosa es imposible) sólo es un buen ser humano si se refiere propiamente a Dios, con la participación adecuada. Y que nosotros, como seres humanos, necesitamos esta relación con Dios por nuestro bienestar eterno. El pecado es la enfermedad y la delincuencia; es crimen moral y discapacidad moral a la vez. Somos las víctimas y los victimarios. El pecado es un cáncer espiritual con consecuencias eternas y necesitamos a Dios para salir de esta situación.

«Pero eso no es justo!» podrías decir, «todo el mundo sabe que tiene un padre cada persona – es obvio, pero no sabemos necesariamente que tenemos un Dios!» Y para esto yo respondo que debemos saber que tenemos un Dios, porque hay una gran cantidad de pruebas para Él – al igual que debes saber que tienes un padre terrenal, aunque nunca lo hubieras conocido. Como especie, hemos de saber que tenemos un Dios. Romanos 1:18-25 relaciona esta idea, diciendo que nosotros hemos girado desde el Creador a centrarse en los seres creados.

18 Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad. 19 Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. 20 Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa. 21 A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. 22 Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios 23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles. 24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. 25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén.

¿Cuál es la evidencia? Ese es otro tema para otro momento. Pero el punto aquí es que tenemos una especie de ceguera moral, y tendemos a ver las cuestiones morales como queremos verlas, y evitamos admitir nuestras culpas. En el versículo 24 se puede ver que Dios es un caballero que no se forzará a las personas que lo rechazan. Sin embargo, Él no les impide experimentar las consecuencias de sus acciones.

En conclusión, he intentado de demostrar que no estamos siendo buenas personas simplemente por ser digno hacia los demás, porque si Dios existe y nosotros lo ignoramos, entonces estamos siendo increíblemente indecente hacia Él. Si tenemos un Creador que nos hizo para conocerlo y disfrutar de Él, pero lo ignoramos, entonces, literalmente, fallamos en el punto de la totalidad de la existencia. Eso es lo que está en juego en esta discusión.

Espero que esto ayude a «poner una cara» en el tema: la cara de Dios.